Andrés D. Rigo
"espacios"
Por Marga Barrero
Al sumergirnos en la obra de Andrés D.
Rigo, no podemos dejar de tener una
sensación de cotidianidad. Y así es, sus imágenes responden a un catálogo de
realidades por todos conocidas que quedan convertidas en espacios, unas veces
paisajísticos y otras psíquicos, con una característica en común: un evidente
carácter introspectivo que invita a la reflexión.
Un artista "neo-costumbrista" con
una visión casi romántica e íntima de lo cotidiano que no hace distinción entre
lo real y lo irreal. Sus obras se
comportan como fotografías, como instantáneas impresionistas que capturan un segundo
concreto vinculado a un efecto, un estado de ánimo o a una sensación. Por ello, paisajes objetos o cualquier otro
elemento que por su peculiaridad, cualidad, belleza o extrañeza estimule sentidos e
intelecto es apropiado para ser representado.
Descripciones formales de un momento visual
material o mental, en las que la luz, la saturación de colores, la ausencia de
estos, los contrastes cromáticos o las perspectivas forzadas, contribuyen a
crear espacios potentes y dinámicos.
Este es el universo iconográfico que Andrés
D. Rigo configura para envolvernos en el mundo de la meditación y la
especulación.
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